miércoles, 25 de marzo de 2015

Meganeura

                             MEGANEURA
Meganeura (gr. «grandes nervios», en relación a la red de nervios de sus alas) es un género extinto de insectos protodonatos de la familia Meganeuridae. Entre sus especies se encuentra Meganeura monyi, un insecto de gran parecido con las libélulas actuales, con las que está emparentado, que vivió en el período Carbonífero (hace 300 Ma). Con una envergadura de alas de más de 75 cm, constituye la mayor especie conocida de insectos que jamás haya existido sobre la Tierra. La especie del Pérmico Meganeuropsis permiana es también de gran tamaño. Eran insectos depredadores que se alimentaban de otros insectos e incluso de pequeños anfibios.
Sus fósiles se descubrieron en los estratos de la edad Estefaniana de Commentry, en Francia, en 1880; en 1885, el paleontólogo francés Charles Brongniart describió el fósil y le dio nombre. Otro buen espécimen fósil se encontró en Bolsover, Derbyshire, en 1979. El holotipo se aloja en el Museo de Historia Natural de Paris.
M. americana, descubierta en Oklahoma en 1940, es una especie representada por la mayor ala de insecto jamás encontrada; se conserva en el Museo de Historia Natural de Harvard.

martes, 24 de febrero de 2015

Trilobites

                          TRILOBITES
 
Los trilobites (Trilobita, del latín, "tres lóbulos") son una clase de artrópodos extintos, dentro del subfilo Trilobitomorpha. Son los fósiles más característicos de la Era Paleozoica (Era Primaria). Se han descrito casi 4.000 especies.
Aparecieron en el período Cámbrico (al inicio del Paleozoico, hace unos 540 millones de años), y empezaron a diversificarse ya en el Cámbrico inferior. Tras la extinción masiva de finales del Cámbrico sólo sobrevivieron las formas que habitaban ambientes pelágicos, de aguas profundas. Durante el Ordovícico alcanzaron su máxima diversidad y ocuparon casi todos los nichos ecológicos marinos. A partir del Silúrico presentaron pocos cambios, hasta que en las crisis del Devónico medio y superior sufrieron una importante reducción, extinguiéndose todos los órdenes excepto Proetida. Durante el Carbonífero los representantes del grupo son escasos y restringidos a ambientes de arrecife. Los últimos trilobites, ya sólo habitantes de aguas someras, desaparecieron durante la crisis del límite Permo-Triásico (hace unos 250 millones de años). Por tanto, su presencia en la Tierra se prolongó durante todo el Paleozoico, casi 300 millones de años. Los trilobites son tan abundantes y han sido tan profundamente estudiados, que probablemente sean el grupo de animales fósiles más conocidos.

Inicialmente se consideraron antepasados de los crustáceos (en especial la cochinilla de humedad terrestre, que comparte ciertas características en común) o incluso de todos los artrópodos (ya que fueron los primeros en aparecer en el registro fósil). Hoy se les considera como un grupo independiente, separados de mandibulados y quelicerados.
Los trilobites tienen el cuerpo aplanado y liso, más o menos ovalado y dividido en tres tagmas, céfalon (cefalón), tórax y pigidio; tórax y pigidio forman el tronco. Presentan dos surcos longitudinales que dividen el cuerpo en tres lóbulos claramente delimitados (de donde deriva su nombre): uno central (llamado glabela en el céfalon y raquis en el tronco) y dos laterales (denominados genas o mejillas en el céfalon y pleuras en el tronco). El tegumento dorsal era una gruesa cutícula impregnada de carbonato cálcico, lo que ha facilitado su fosilización. Su tamaño varía desde unos pocos milímetros a más 60 cm en algunas especies gigantes.
 

Brontoscorpio

                 BRONTOSCORPIO 
  Brontoscorpio anglicus ("escorpión trueno inglés") es un género y especie extintos de escorpión acuático de un metro de longitud que vivió durante el periodo Silúrico en el Reino Unido. Su aspecto es el de un escorpión actual de gran tamaño, pero con ojos compuestos relativamente grandes. Sus restos fueron descubiertos en areniscas del Silúrico Superior de Trimpley, en Worcestershire, y la especie fue descrita basándose en un único apéndice de un pedipalpo de casi 10 centímetros de largo. Se ha estimado que el animal completo debió medir al menos 90 centímetros de largo.
  Todos los escorpiones post-Paleozoicos son terrestres, mientras que durante el Silúrico muchos de los taxones conocidos hicieron la transición de entornos. Se ha deducido que Brontoscorpio era capaz de salir del agua y entrar en la tierra, en el caso de que otros depredadores lo hubiesen depredado a él (tales como nautiloideos, grandes euriptéridos o incluso otros escorpiones acuáticos). Sin embargo, dado su gran tamaño, B. anglicus tuvo que regresar al agua cuando se cansó de apoyar a su propio peso, o por lo menos cada vez que mudara su exoesqueleto (en tierra, correría el riesgo de ser aplastado por su propio peso). Brontoscorpio pudo comer pequeños animales marinos como los peces acantodios, heterostráceos, escorpiones y pequeños trilobites.
Enlace de un vídeo de brontoscorpio:
 http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=5&cad=rja&uact=8&sqi=2&ved=0CDsQuAIwBA&url=http%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DwmQ2-omK_ps&ei=c0vsVMLFKcb4UtighLAG&usg=AFQjCNGEqEbGHHDGwr0lf6fKv_GEJANjrg&sig2=t76asQCQnWc4cdKQglVl-w&bvm=bv.86475890,d.d24

Anomalocaris

                       ANOMALOCARIS
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Anomalocaris ("gamba extraña") es un género de animales extintos, perteneciente a la familia de los anomalocarídidos, la cual se relaciona con los artrópodos. Se estima que los Anomalocaris existieron entre comienzos y mediados del período Cámbrico, desde hace aproximadamente 525 hasta 510 millones de años. Sus primeros fósiles fueron descubiertos en el esquisto de Ogygopsis, llegando a poseer más hallazgos en el famoso esquisto de Burgess. En un principio, varias partes del cuerpo (descubiertas separadamente) se creían provenientes de distintos animales, hasta que nuevos estudios aclararon la verdadera naturaleza de los fósiles.
El Anomalocaris expone rasgos muy llamativos como «brazos» armados con espinas con los que se llevaba la comida a la boca, ojos compuestos, con una estimación de hasta 30.000 lentes por ojo, boca en forma de anillo, que no podía llegar a cerrar, con hileras de dientes para triturar la comida, lóbulos laterales que rodeaban todo el cuerpo, entre otros. Las diferentes especies de Anomalocaris estaban en la cima de la cadena alimentaria en los océanos del planeta. Alcanzando hasta un metro de largo, se trataba de una criatura realmente gigantesca para su época, por lo que depredaba toda clase de fauna contemporánea.
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                                                              Ojo del anomalocaris

 La longitud de Anomalocaris variaba desde 60 cm hasta 1 metro. Su distintiva cabeza poseía ojos pedunculados situados en posición dorsolateral, más un par de apéndices segmentados que al extenderse medían 17,5 cm y estaban equipados de afiladas espinas con las que debió agarrar a sus presas y llevársela a la boca. La boca era circular y contaba con 32 láminas superpuestas (4 grandes y 28 pequeñas) provistas de pequeñas púas aserradas que se situaban anilladas alrededor de una abertura central. Se asume que sus ojos eran compuestos, pero es difícil encontrar restos inequívocos de estas partes blandas. Estudios del CSIC de 2011 parecen poder asegurar que Anomalocaris poseía unos de los ojos compuestos más complejos del mundo animal, sugiriendo que podrían estar formados por más de 30000 celdillas.